HUELO A AZUFRE

Ayer en el pequeño supermercado que os comentaba en otro post, la tienda llenita de gente, en mi carro nueve tabletas de chocolate, tres con leche, tres del negro, tres fondant... un tarro de crema de cacao, dos de nata, dos cajas de galletas y un paquete de ensaladilla rusa aunque esto último es lo de menos. Llego a la caja, el dependiente del otro día (el de los huevos):
- Oye nena ¿donde metes todo eso?
- En un armário de la cocina.
- Ya ¿y después? es que mira que lo he pensado veces...
-Jajajaja.... pues después me lo como.
- Pues eso ¿y donde lo metes?
- Acércate, te voy a contar un secreto.
El chaval que se acerca todo emocionado pensando que le voy a dar la solución a comer sin engordar:
- He hecho un pacto con el diablo.
- Ya.... ahora en serio.
- Es en serio.
- Jajajaja..... tanto chocolate es pecado ¿lo sabías?
- Pues ese es uno de mis pecados confesables, si supieras los otros......
- ¿Para que dices nada? ahora estaré todo el día pensando en eso, jajajaja..... Pues con tanto pecado a ti no deben dejarte entrar en la iglésia.
- Hace tiempo que no me dejan desde la última vez que fuí, metí los dedos en la pila del agua bendita y el agua se puso a hervir.
- Lo dices tan séria y con una cara que voy a tener que creerte. Miedo me das....
- Jajajajaja.....
Lleno mis bolsas y voy a salir:
- Deja la puerta abierta anda que aquí huele a azufre.
- Jajajajajajaja..... ya te vale.





Una chapuza de las mías para ilustrar el post, jajajajajajajajajajaj........