Viniste a pasar unos días a Barcelona por asuntos de trabajo y teníamos que conocernos, después de unos años visitando nuestros respectivos blogs y de charlar por el msn había llegado el momento y allí estábamos, uno frente a otro en un bar. Parecía como si nos conociésemos de toda la vida, no me sentí incómoda ni nada parecido, al contrario, todo fluía con total naturalidad. Unos bocatas, unas cocacolas, una conversación muy agradable y poco antes de irnos tus palabras: ven, que te voy a enseñar la casa donde estoy.
Me encantó, me sentí tan bien.....
-Tiene piscina y todo.
-¿Te gusta?
- Mucho.
Las horas pasaron volando, es curioso como con una persona que "realmente" no conoces puedes compartir tantas cosas y tener tanto por hablar.
- Tengo que irme.
- Lo sé.
Y me fuí, caminé unos pocos metros, la parada del autobús estaba prácticamente enfrente.Sólo pasaron unos minutos y no sé porque pero de repente cambié de opinión, no quería irme, no quería hacerlo.No recuerdo muy bien lo que pasó después, sólo que de repente me encontré llamando a tu puerta. Apenas unos segundos y oí tus pasos tras ella.
- Sabía que volverías- dijiste.
Y con una sonrisa picarona me preguntaste:- ¿Recuerdas aquella sesión de fotos que me prometiste? ¿Estás dispuesta?
- Si.
Y una sonrisa se iluminó en mis labios.
- En la piscina ¿te atreves? Era uno de los sitios que habíamos comentado alguna vez para las fotos. No tienes que hacer nada que no quieras y como ya te dije el límite lo pones tú. ¿Confías en mí?
Por unos instantes dudé, al fin y al cabo acababa de conocerte en persona y me parecía algo fuerte. Pero enseguida lo tuve claro, tal vez esa ocasión no volviera a repetirse. Teníamos toda la noche, tú y yo solos... sin importar nadie más.
Por casualidades de la vida aquella mañana había estado de compras, entre mis bolsas había un bikini y pensé que que mejor ocasión para estrenarlo. Pasé a una habitación, me lo puse y cuando salí ya me estabas esperando al lado de la piscina con tus cámaras y artilugios preparados. Recuerdo que me sentí bien, pensaba que iba a sentir verguenza pero no fué así. De repente la calma y la confianza se apoderaron de mí. Me acerqué, me senté al borde de la piscina, metí los pies en el agua y te dije:
- Ya estoy preparada.
- Deacuerdo, bien, saca esa pierna del agua, con la rodilla doblada, mójate un poco por ahí, a ver...la cabeza mirando hacia mí... bien, muy bien. Ahora en las escaleras... estirada, si, asi... me gusta esa mirada, quieta, perfecto.
Te acercaste:
- A ver ¿que tal si dejamos caer los tirantes del bikini?
- Tú mismo.
Los cogiste con delicadeza, los bajaste y en ese momento sentí un escalofrío al notar tus manos en mi piel.
Volviste a coger la cámara:
- Vale, inclínate un poco hacia atrás, a ver, mírame, bien, quieta.
- Ahora ¿unas fotos con la espalda desnuda?
- Vale.
Volviste a acercarte, esta vez para desabrochar por detrás la parte de arriba del bikini y sentí que me aplicabas algo en la espalda.
- ¿Que es?
- Una solución de glicerina para imitar las gotas de agua como si resbalaran por tu piel.
Los escalofríos se repetían una y otra vez: Joder- pensaba- esto se me va de las manos.
- Vale, perfecto, mantente de espaldas y gira un poco la cabeza.... bien, así, muy bien... Unas cuantas más y terminamos.
Estaba un poco cansada y necesitaba darme una ducha así que te lo dije y me acompañaste al baño:
- La toalla es esa de ahí- dijiste antes de salir y cerrar la puerta a tus espaldas.
Hacía mucho calor y estaba deseando meterme bajo los chorros del agua.Mientras me enjabonaba no paraba de repasar mentalmente todo lo que había pasado hasta ese momento. Había disfrutado muchísimo y posar para ti incluso me había resultado excitante.
Creo que te había comentado alguna vez que tenías muy buenas manos para la fotografía y ahora lo había podido comprobar por mi misma. Y lo mejor de todo es que aún me quedaba por comprobar que ademas de para la cámara también tenías buenas manos para otras cosas.
Estaba casi terminando de aclararme el jabón cuando oí como la puerta del cuarto de baño se abría y vi tu sombra a través de los cristales de la mampara de la ducha.
Continuará...