SI ME TOCA....... SI

Como ya os comenté en aquel post en mi vida he vivido bastantes situaciones peligrosas y esta la recordé ayer a raíz de una conversación con una amiga.
Vereis, pasó a principios de los años noventa, yo tendría unos 16 años más o menos. Estábamos mi amiga y yo sentadas charlando tranquilamente, fumando..... bebiendo alguna "litrona"... en una zona algo apartada del centro. Era una espécie de "atajo" que nos llevaba de la zona baja de la ciudad a la alta y que poca gente transitaba. Nosotras teníamos la "jodida" costumbre de andar por sitios bastante solitários, deshabitados, casas abandonadas y tal... y aquel día como muchos otros pues nos habíamos acomodado sentadas en unos troncos y hablábamos de nuestras cosas. De repente oimos que se acercaba alguien, se escuchaban pasos tras la vegetación que rodeaba aquella zona. Nos quedamos mirando fijamente hacia allí y de pronto apareció un hombre, el tío tendría unos 50 años y se acercó a nosotras:
- Hola ¿teneis fuego?
Me puse de pie, no me gustó mucho aquel tipo pero pensé que le daría fuego y se iría.
- Si- le dije sacando el mechero de mi bolsillo.
Encendió su cigarro, volví a sentarme junto a mi amiga y el tío se fué unos metros más adelante. Pensé que se iba pero no fué así, miré hacia él y vi que estaba haciendo "algo" pero no podía verlo bien. De repente volvió hacia nosotras, se había bajado la bragueta del pantalón y estaba allí "dale que te pego".
- ¿Qué hacen dos chicas tan guapas y tan solas aquí?- nos preguntó.
Nos pusimos las dos de pie, he de reconocer que en aquel momento sentí algo de miedo pero sabía que si él lo notaba estaba perdida:
- Podemos divertirnos los tres- no dijó y siguió acercándose a nosotras.
No me lo pensé dos veces, recuerdo que llevaba unas botas con una cremallera de arriba a abajo que hacia como una espécie de bolsillo donde yo casi siempre (por nuestra afición a andar por lugares así... por si tenía que defenderme...) guardaba una navaja y además bien grande. Pues me agaché, bajé la cremallera, la saqué y acercándome a él y amenazándole le dije:
- Ven hijo de p... que nosotras también tenemos ganas de divertirnos.
- Sujétalo- le dije a mi amiga.
Se debió asustar, no sé... o pensó que estaba en desventaja pero salió de allí a toda prisa subiéndose la cremallera del pantalón como podía por el camino.
Unos días después comentándoselo a una conocida me dijo:
- Es que tú te crees que ese es sitio de estar dos chicas solas....
- El mundo si que no es sitio para esa clase de gente- le contesté.
- Oye ¿y de verdad se la hubieras cortado?- me preguntó riéndose.
- Si me toca... si.