Había ido a comprar, salí del estanco con dos cartones de tabaco en una bolsa y me fuí a una tienda de chinos. A la entrada, al lado del mostrador, tienen unos cestos y alli dejé apoyada la bolsa con el tabaco, ¡gran error! nunca más lo vuelvo a hacer. Me fuí hacía dentro y me crucé con un tipo, no me fijé demasiado en él (más tarde si me di cuenta de las pintas que tenía) y no sé el motivo, intuición.... sexto sentido..... no lo sé, el caso es que algo me hizo volver atrás ¿y que me encontré? Pues este tío estaba cogiendo sus bolsas y entre ellas, como quien no quiere la cosa, la mía. Me acerqué y sin pensármelo dos veces se la quité de las manos:
- Eso es mío.
- ¿Eh? ¡ay perdona! no me había dado cuenta.
Claaaaaaaro..... ¡anda que no van bien casi 60 euros en tabaco!
- De verdad, disculpa.
- Ya.
Y se fué.
Al cabo de un rato iba andando por la calle y lo vi pasar en una furgoneta bastante destartalada, se me quedó mirando fijamente y entonces pensé que a veces no se sabe que es peor si hacer lo que hice o dejarlo estar. ¡Pero que hostias! lo mío es mío y pa chula yo ;)
Conclusión: el tabaco es perjudicial para la salud, jajaja...
Entro al ambulatorio a recoger unas recetas, había una cola bastante larga, me pongo tras el último y a esperar. Detrás mío sigue viniendo gente y la cola se va alargando. Viene un señor y se pone al lado mío, casi entre el que iba delante y yo. No le digo nada pero pienso: ¡vaya morro! La cola va avanzando, hay dos atendiendo en el mostrador, y cuando me va a tocar se adelanta él.
- Perdona, pero me toca a mí.
- No, me toca a mí que yo estaba sentado allí hace un rato (en la otra punta del ambulatorio) ese señor te lo puede decir. Tú que has llegado y sin pedir hora (¿hora?) te has puesto en la cola.
- Pues tú cuando me has visto me podrías haber dicho que estabas en la cola, en la otra punta del ambulatorio pero bueno, que si lo sé cojo la tanda y me voy al lavabo ¡no te jode!
- Es que tu obligación...
Os prometo que el tío era un estúpido. En ese momento me atienden a mí también y el tío que sigue:
- Porque tú cuando has llegado....
- A mí no me comas el coco.
Al final terminé antes que él, cuando ya me iba se me quedó mirando y no lo pude evitar, me salió así, le saqué la lengua y me fuí, jajaja...
Conclusión: el ambulatorio es el mejor sitio para partirle la cara a alguien, por lo menos lo atenderán enseguida.... o no.....