UNOS POLVOS CON EL BARRENDERO

Estoy segura que si no hubiera sido por los polvos del otro día jamás me hubiera fijado en ti. Yo sólo había ido a comprar, como muchas otras veces, pero aquel día iba a ser diferente. Al salir del último supermercado tú te cruzaste en mi camino. Te había visto alguna vez, siempre me habías parecido algo inquietante, incluso extraño. Jamás imaginé que unos polvos entre tú y yo cambiaran totalmente la imagen que tenía de ti. Podrías haberte comportado de otra manera pero no lo hiciste y eso fué algo que me gustó. No sé si lo harás con otras, es posible que si, pero no me importa, eres libre de hacer lo que quieras y yo no soy quien para impedírtelo. Sólo quiero decirte que si se da el caso no me importaría repetir aunque dudo que vuelva a pasar. Por mi parte debo ser más cuidadosa, tienes que entender que lo de los polvos ha de acabar aquí.
Aún me estremezco al recordar como ocurrió todo... ¿Cómo es posible que se me cayeran los polvos de lavar del carrito de la compra y ni siquiera lo notase? Menos mal que tú te diste cuenta por mis comentarios a una señora de que los había perdido, entonces sacándolos de tu carro me dijiste: "¿Son tuyos? Vaya, yo que pensaba que me iban a salir gratis los polvos, jajaja...
Y tenías razón cuando luego añadiste: "Pues has tenido suerte, a lo mejor otro no te los hubiera devuelto"
Por eso este post es para darte las gracias. Gracias barrendero por devolverme mis polvos de lavar.